“Es una camilla con chasis y seis poleas que se monta como si fuera un riel sobre la escalera de los bomberos y por ahí mismo bajan el paciente, haciendo que el rescate pueda ser en menor tiempo”, explica Maya.
Los bomberos de Medellín, con quienes hicieron la investigación, les manifestaron que una de las dificultades que enfrentan a la hora de un rescate es transportar a las víctimas. Usualmente, deben bajar a los heridos por las escaleras internas de los edificios en llamas y se enfrentan al peso de las personas que cargan o a la curvatura y estrechez de las escalas.
La camilla se hace con un proceso llamado rotomoldeo y, según los estudiantes, sirve también para rescates acuáticos y aéreos. En el agua, gracias al material parecido al de los kayak, la camilla puede flotar, y en el aire simplemente le añaden cuerdas.
Este semestre, los estudiantes piensan agregarle unos frenos especiales que hagan mucho más segura la camilla y avanzarán en conversaciones con una empresa para fabricar las camillas.
EL TIEMPO
Para mayor información sobre el proceso de rotomoldeo favor leer LA GUÍA PASO A PASO SOBRE ROTOMOLDEO
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