Con la posibilidad de acceder a moldes de mejor calidad, a una amplia diversidad de materiales y a maquinaria competitiva, los productos rotomoldeados ganan en calidad y complejidad.
Sin embargo, muchas de estas ventajas no son del todo aprovechadas y el rotomoldeo en nuestros países sigue dependiendo de la fabricación de contenedores de agua, una aplicación altamente competida en aspectos como distribución, calidad de producto y costo.
Ante este escenario, es clara la necesidad de abrir nuevos mercados y desarrollar productos que sigan impulsando el crecimiento del rotomoldeo, previendo que el punto máximo de desarrollo de los contenedores de agua ya se cumplió o está muy cerca de hacerlo. En esta cruzada hacia la innovación el diseño es un elemento imprescindible.